Para poder entender las diferencias, empezaremos por definir cada concepto y entender de dónde viene y cómo se manifiesta.
La nostalgia es una especie de sentimiento asociado a la tristeza que puede suceder en cualquier momento de la vida pero que está asociada a un recuerdo del pasado. Algo que ya fué pero que tal vez quedó inconcluso, que dejó una herida o que no pudo resolverse de manera sana y consciente. Tiene que ver con la lejanía, con la ausencia, con la pérdida, la soledad y la añoranza.
La tristeza es estado de ánimo, que está relacionado con un acontecimiento que la detona.
Cuando estos períodos se hacen continuos, el cerebro deja de producir serotonina a un nivel que se considera normal o adecuado. Todo esto, está dado a partir de nuestro cerebro, que, ante situaciones de estrés, ansiedad, temor o angustia puede llegar a alterar su producción de neurotransmisores, afectando directamente nuestro comportamiento y haciendo evidente un estado que no es sano.
La depresión es considerada como un trastorno del estado de ánimo.
Suele ser más profunda y menos fácil de controlar que una tristeza, con lo cual, su seguimiento y posterior tratamiento debe estar acompañado de un diagnóstico profesional. Está limitada por una incapacidad de razonar ante sus causas y viene asociada estrechamente con un período de ensimismamiento o abstracción del grupo cercano.
DIFERENCIAS:
Entre los 3 conceptos podemos identificar diferentes niveles de tolerancia frente a la frustración que cada uno puede generar e incluso podemos identificar cercanía con una patología más compleja y necesariamente tratable por un profesional de la salud mental.
El entendimiento de las causas que genera cada uno de los estadíos de nostalgia, tristeza y depresión, es también una forma de definir o identificar qué es lo que se está sintiendo o por cuál de ellos se está transitando.
Se puede decir que la depresión más que las dos anteriores puede afectar de manera más radical la rutina diaria o la calidad de vida de un individuo que la padece.
Si bien, ya en otros artículos, hemos explicado cómo los tiempos de cada proceso psicológico varían de una persona a otra, podemos destacar que la nostalgia, por ejemplo, puede ser tan pasajera como un par de segundos, la tristeza puede ir y venir, permaneciendo horas o días, con intervalos de momentos de tranquilidad donde se supera el estadío. Ahora, la depresión, está acompañada de cambios en el comportamiento y esto se evidencia cuando pasan tiempos muy prolongados, semanas, meses, en los que el paciente no realiza sus actividades como lo haría normalmente.
La depresión, sin embargo, puede ser crónica cuando se vuelve recurrente sin encontrar solución o evolución hacia la incorporación de una vida sana.
En este caso, no solo es el aspecto psicológico el que se ve afectado, empieza también la parte física a sufrir las consecuencias, como la baja de defensas, la disminución o pérdida absoluta del apetito y todo lo que esto conlleva para la salud de un ser humano.
¿Haz experimentado alguna de estas emociones?
No es extraño haber pasado en algún momento de la vida por alguno de los estadíos mencionados.
Incluso parte de crecer está conectado con estas sensaciones que a veces pueden no tener una explicación lógica sino que responde a cambios hormonales.
Las mujeres, al ser cíclicas en su estado fisiológico más básico, suelen presentar síntomas que responden a uno de los estados descritos anteriormente.
Ahora, si no es posible encontrar una respuesta lógica o al menos clara de por qué se está sintiendo tristeza o nostalgia, es importante establecer de la mano de un profesional en consulta, si en verdad no es algo más complejo por lo que se está transitando.
En conclusión, es importante estar siempre atentos a las manifestaciones de cada emoción, su dinámica, y cómo es expresada por una persona. Si su comportamiento se ve afectado o cambia radicalmente afectando su salud de manera que provoque una preocupación que no puede ser solucionada por el paciente mismo.