Llora, pero llora por ti, por todas esas veces que te dejaste humillar, por todas las palabras que no pudiste gritarle, por todas las mentiras que por amor le creíste.
Golpea las paredes, muérdete los labios, no salgas de casa por un par de días, pero no lo busques ni dejes que regrese.
Él no está pensando en ti. Duele, por supuesto, te va a doler hasta el alma, pero es mejor que te hagas la idea.
Alguien más lo tomará de la mano, alguien más le besará la frente, ya no serán tus fotos, ni tus cartas, ni tu música, todo lo tuyo ha cambiado de nombre.
Prepárate, porque vas a verlos juntos y una parte de ti se volverá a romper.
Él se encargará de matarte otras mil veces, pero no, no le des ese poder.
No le llames, no pases por su casa, no entres más a su perfil, no le des nunca la atención que está pidiendo.
Conocerás a alguien más porque te lo mereces, volverás a sonreír y todo el dolor será parte del pasado.
Cuando se de cuenta volverá a buscarte, usará los encantos con los que te enamoró, te llamará cada noche, te escribirá, te mandará canciones, te dirá que te quiere y que no fue su intención, te pedirá perdón; pero no vas a caer.
Porque una persona que no dio todo por ti, que no se enamoró de lo increíble que eras cuando estuviste a su lado, no lo hará aunque vuelvas a su vida otras cien veces.